Con ojos prestados
Hace un día buenísimo, la calle del Infierno está a rebosar y yo aquí sentada en una silla de Coca- Cola delante de los servicios intentando coger dinero para mi familia.
Me acaban de dar dinero, y he pensado en mi hijo, en la cara de felicidad cuando llego a casa y él piensa que puede comer otro día más.
Una mujer acaba de entrar y me ha mirado con una cara de asco y además no me ha dado nada de dinero y me puesto tan enfadada que le he dicho que si no tenía un poco de corazón, pero mientras que ella estaba dentro de los servicios reflexioné y me dí cuenta que me había equivocado, y cuando salió le pedí perdón y ella entonces me dio una propinilla.
A mí lo que más me fastidia es cuando me miran con cara de odio o con cara de pena y al final no me dan nada o cuando me dicen:"no tengo suelto".
Ya son las siete y media, y estoy limpiando otra vez el servicio, cada vez que miro y no hay mucha gente limpio el servicio un poco y así estiro un poco las piernas.
Uff, ya me quiero ir a mi casa, pero me voy a quedar media hora más hasta las nueve y media. He contado el dinero y por ahora llevo más o menos 11o euros.
Ya estoy guardando la silla dentro del servicio al lado de la fregona con el cubo. Me estoy guardando el bonobús, ay mi camita tan cómoda.
Mi hijo me ha preguntado si había conseguido mucho dinero y cuando le he dicho que sí me ha dado 2 besos y me ha recorrido una felicidad por el cuerpo. Me estoy durmiendo mientras pienso que otro día más duermo con mi familia(mi padre, mi madre, mi hermanos, mi marido y mi hijo) y pensando que otro día mas he conseguido por lo menos el dinero suficiente, puedo estar orgullosa de mi.
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